Animales fuera de su hábitat

Cuando arrasamos, incendiamos y destruimos selvas, bosques, humedales y otros tipos de ambientes naturales, con la intención de extender cada vez más la frontera agropecuaria o para seguir urbanizando, los animales que lograron huir llegan a lugares donde nunca habían estado. Escapan de los incendios y de la deforestación, desplazándose largas distancias.


Además de la destrucción de ambientes, que obliga a los animales sobrevivientes a buscar un espacio donde vivir más cerca de las zonas rurales y de las ciudades se suma el gravísimo problema del hacinamiento en el que se encuentran los animales de cría. 
Los cerdos, los pollos y las vacas al igual que los animales salvajes traficados en los grandes mercados se encuentran encerrados en condiciones de inmovilidad forzada. Son millones y millones de animales de cría en el mundo entero. Este modelo de producción industrial de alimentos propicia la aparición de diversas cepas de virus, bacterias y microorganismos que pueden generar enfermedades.

Silvia ribeiro 

Silvia Ribeiro, directora para América Latina del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración, explicó:
Todos los virus infecciosos de las últimas décadas están muy relacionados a la cría industrial de animales, lo dijo ya el biólogo Rob Wallace.
Ribeiro, que también es consultora del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, agregó que los animales de cría industrial.
"son sometidos a aplicaciones regulares de pesticidas para eliminar otra serie de cosas que hay dentro del propio criadero. También hay venenos en los alimentos que comen, porque en general es maíz transgénico lo que se les da. Todo está muy relacionado con el negocio de venta de transgénicos para forraje. Les dan una gran cantidad de antibióticos y antivirales, lo que va creando resistencias cada vez más fuertes".


EL OSCURO SECRETO DE LA PRODUCCION DE LA LECHE



Las vacas en la industria lechera sufren toda su vida. Desde el momento en que llegan a este mundo, son tratados como maquinas. Los enlaces especiales entre madre e hijos se rompen de forma rutinaria y las vacas a menudo padecen afecciones médicas dolorosas.

Al igual que los humanos, las vacas solo producen leche para sus crías. Por lo tanto, son inseminadas a la fuerza cada año. Una hembra y su descendencia son forzadas a atravesar un ciclo de crueldad que termina con su matanza.


  FAMILIAS SEPARADAS

Al igual que los humanos, las vacas tienen fuertes instintos maternos, pero el vínculo de una madre con su ternero no tiene lugar en las granjas lecheras. Poco después del nacimiento, los terneros son arrastrados lejos de su madre para que nunca los vuelva a ver. Una vaca tendrá que pasar por este doloroso proceso cada año de su vida. En cambio, la leche que produce para su ternera se toma de ella y se vende a los consumidores.


   CONFINADO SOLO


Después de ser arrancados de sus madres, los terneros pasarán gran parte de su vida en confinamiento extremo. De hecho, la mayoría pasarán los primeros 2 o 3 meses de vida confinada en solitarias y áridas casetas, alimentadores con una dieta de sustituto de la leche, mientras que los humanos beben la leche que debería ser destinada para ellos. Más del 90% de las vacas lecheras en México están confinadas, atadas por el cuello dentro de los establos, incapaces de realizar incluso los comportamientos más básicos que son esenciales para su bienestar.

    DOLOROSAS MUTILACIONES 


A medida que las vacas crecen, sufren una serie de dolorosas mutilaciones:

Marcaje: los trabajadores calientan las barras de hierro en fogatas y queman la carne de las vacas jóvenes. Estas heridas no tratadas quedan abiertas lo que ocasiona infecciones.

Descorne: Para quitar los cuernos de un animal, los trabajadores los cortan o queman tejidos delicados. Los cuernos de una vaca están llenos de sangre y terminaciones nerviosas hipersensibles, pero esto se hace sin ningún tipo de anestesia.

Corte de cola: otra práctica común es el corte de su cola. Se cortarán con tijeras o, en algunos casos, los trabajadores envolverán el alambre o bandas de goma alrededor de la cola.

    UNA MUERTE BRUTAL











Las vacas en la industria láctea  enfrentan la misma suerte que las de la  industria de la carne. Las matan cuando  su producción de leche disminuye. A  ninguna vaca se le permite vivir su vida  natural de hasta 25 años. De hecho, el  20% de la carne de res que se vende en las tiendas proviene de vacas que  fueron explotadas por la industria láctea.
Después de ser transportadas largas distancias, las vacas son forzadas a cajas de aturdimiento. Dentro de estas cámaras, se les dispara en la cabeza, un proceso destinado a dejarlas inconscientes. Sin embargo, muchas todavía están conscientes cuando tienen la garganta cortada y se desangran.


La crueldad es una práctica habitual en las granjas lecheras. El público merece conocer la realidad que esta industria oculta. Igualdad Animal realiza investigaciones y campañas educativas que ayudan a reducir el sufrimiento de los animales.

Comentarios